EL PENSAMIENTO DEL SUR
Escribe: Javier Lajo
Presentación:
Para explicar el sentido del siguiente texto, vamos a usar un extracto del debate intercultural que sobre el Tema de “La Violencia”, tuvimos con el célebre antropólogo español Miguel Gutiérrez Estévez (MGE), profesor de la Universidad Complutense de Madrid:
“Ahora bien, para tratar de llegar a un entendimiento de equilibrio, podemos, mejor utilizar el ‘concepto de estilos de civilización’, propuesto por MGE en anterior artículo y recurrir más bien a señalar que es esta especie de ‘costumbre de pensar en tal o cual sentido’, un buen instrumento que hay que usar hasta que deje de servir, o encontremos mejores palabras o métodos para dialogar. Los occidentales (y su pensamiento del norte), tienen la costumbre refleja y condicionada, de ‘pensar’ las nociones, contenidos o significados, extensos y profundos, reduciéndolos finalmente a un ‘concepto unitario’, proceso o ‘manera de pensar’ que llaman ‘razonamiento’, pues la ‘razón’ o ‘logos’ es finalmente el ‘Cristo’ como esencia única o causa primera del mundo y ‘Dios’. Ésta para los andinos es una grave y profunda anomalía identitaria que la hemos llamado eventualmente ‘monomanía’.
Esta costumbre occidental, o ‘manera de pensamiento del norte’, (del que no se libran ni los marxistas) es diferente del ‘estilo andino’ (o pensamiento del sur) que sintetiza o resume todo hasta llegar al ‘flujo Par’ ( Esto de contraponer el significado de “flujo” al de “concepto”, no lo voy a desarrollar aquí, pero podemos apelar a su significado tradicional y común, dejando que el lector, por el momento, se forme sus propios conceptos) como lo mínimo a que puede ser reducida “la realidad” a través de la abstracción, es decir a una ‘paridad’, que el indígena-andino llama YANANTIN, (No usamos palabra “dualidad” porque no es lo mismo, siendo más preciso para la idea que queremos significar, el significante de PARIDAD.
La paridad no es una suma de ‘dos unos’, ni menos el sistema numérico paritario es ‘una sumatoria de unos’) y que ‘no se puede racionalizar’ o ‘razonar’, sino mas bien las ‘proporcionaliza’ o simplemente las ‘proporciona’ (A esto me refiero cuando en el libro QHAPAQ KUNA, hablo de “proporcionalidad” y no así lo dicho por MGE en su anterior texto: “Según yo supongo, Lajo está pensando, bajo la palabra “proporcionalidad”, en los deberes sociales de reciprocidad y, quizá también, en las conocidas tesis de integración económica complementaria entre pisos ecológicos de diferente altitud”. Estas categorías económicas que han sido propuestas por John Murra y Tom Zuidema, reducen nuestra particular “lógica” a categorías “impares-unitarias” y economicistas, cuando en realidad son contenidos más profundos, de pensamiento, de sabiduría, -o prestándonos otro significante estrecho o camisa de fuerza: diremos que “proporcionalidad es una categoría “filosófica”).
Pero, para entender esto tenemos que partir de conceptualizar que TODO no es TODO UNO, sino es un TODO PAR, que NO es la concepción por defecto del TODO DOS, puesto que esta última está usando las ‘intolerantes’ reglas gramaticales y sintácticas, significantes y métodos del discurso occidental. Así pues, podemos estar de acuerdo con Carnap, cuando dice que en la lógica no existe moral y que cada uno es libre de construirse su propia lógica y su propio lenguaje como desee.
Aquí, para el diálogo intercultural, hemos llegado de nuevo, a la necesidad de los contratos o convenciones interculturales, al principio de donde partimos, pero hemos reforzado la idea de que la tarea del filósofo “intercultural”, (propongo) no es establecer prohibiciones inútiles, a la larga, sino llegar a convenciones o “contratos”, entre los que queremos debatir interculturalmente y previamente desarrollar, lo más pronto, una declaración de los métodos y reglas sintácticas y significantes claves o paradigmas de nuestro discurso y lógica particular. Nada o “todo vale” entre nosotros antes de fijar estas reglas interculturales. Pero creo que de eso tratan estos primeros textos. Creo que, sin temor al ridículo, puedo afirmar que estos son los primeros diálogos interculturales, desde que Atahualpa y Pizarro dejaron de jugar al ajedrez para pasar a los temas teológicos que reclamaba Valverde y que definieron esa oscura y sombría “tarde aciaga de Cajamarca” con el magnicidio inútil y absurdo del Inka, con lo cual los españoles perdieron la posibilidad, hasta ahora, de descubrir y conocer a los Inkas.
EL PENSAMIENTO DEL SUR
Usando algunos autores occidentales para crear un “puente de interlocución”
Al igual que Levi-Strauss, Friederich Nietzsche también usa un “operador binario” en el mito de los animales “tótem”: «Entonces miró Zaratustra interrogativamente a lo alto; porque, por encima de él, oía la llamada clara y nítida de un pájaro. Y he aquí que un águila describía amplios círculos en el aire, y de ella colgaba una serpiente, no como una presa sino como una amiga: pues el águila la tenía enroscada en torno a su cuello… Son mis animales, dijo Zaratustra, y se alegró en su corazón».
Más este “operador binario” en Nietzsche que es desde ya, mucho más complicado, además de no ser del mismo tipo del señalado por Lévi-Strauss, este opera solo como “abierto-cerrado”, teniendo solo una operatividad cuantitativa. El análisis de sus diferencias y su comparación con similares mitos del mundo andino, nos revelarán aspectos muy interesantes. En la cultura andina esta clasificación binaria, que también la podemos distinguir en el pensamiento nietzschiano, se presenta también con “animales que se arrastran y los que vuelan” (los reptiles y las aves), pero se hace presente un tercer tipo de animal: “los animales que caminan” (los felinos), creo que aquí tenemos un operador binario, pero que tiene una mayor operatividad cualitativa; que representa una operatividad o “racionalidad” diferente a la occidental, puesto que toma en cuenta una variable resultante del choque, o encuentro, o “tinkuy” de las anteriores, que es la variable “tiempo”. Trataremos de explicar esto.
El intento de “crear un tiempo humano” en Nietzsche la representa el “enano” del Zaratustra, que repite la acción de “sus animales”, cuando dice: “Toda verdad es curva, el tiempo mismo es un círculo”. Precisamente Levi-Strauss dice que el tiempo para las sociedades “frías” aparece como un círculo (1). Y por otro lado Martín Heideger, al hablarnos de las mascotas de Zaratustra dice: En este misterioso abrazo presentimos ya de qué forma, sin que se diga de un modo explícito, en los círculos que describe el águila y en el enroscamiento de la serpiente se enroscan círculo y anillo… Así resplandece el anillo, que se llama anulus aeternitatis: anillo sigilar y año de la eternidad. En el aspecto de los dos animales se muestra adónde ellos mismos pertenecen con su girar y su enroscarse.
Cuando le preguntan a Zaratustra porque son “sus animales”, el responde: ‘porque los dos hacen círculos”, pero no son solo los círculos los que son hechos por aquellos símbolos totémicos, son ellos mismos los que son creadores del tiempo, los que simbolizan al tiempo. Para explicar esto último usaremos la mitología precolombina. Existen muchas imágenes pre-colombinas de mitos que usan analógicamente al igual que Nietzsche las figuras del águila y la serpiente, que son sus animales totémicos, tanto dentro de sus complejidades como de sus carencias, pues el mito americano sobre el tiempo (que es Quetzaltcoalt, el héroe de Tollán, la “serpiente emplumada”, llamado también el “mellizo precioso”) es mucho mas puro (mas libre y mas limpio de la ‘razón’) y por tanto mas rico en su descripción e imagen analógica en la mente “salvaje”, pero no deja de ser un simbolismo más complicada para el tipo de inteligencia occidental.
Estos animales “totémicos”, el Ave y el Reptil, mascotas de Zaratrusta, nos pueden servir como interpretes transmundanos de lo occidental y lo pre-colombino, de la forma tal como escribe Levy-Strauss (2): “No existe en realidad un divorcio entre mitología y ciencia… permanecimos completamente ciegos ante él (Mito) hasta que la idea de las operaciones binarias devino un concepto familiar para todos”.
En la pluma del creador del estructuralismo, es la ciencia la que estaba atrasada con referencia al pensamiento mítico. Los estudios modernos del cerebro humano nos dan una estructura trinaria, que en los íconos precolombinos están representados por el ave, el felino y el reptil, la llamada “trilogía Inka” o también “trilogía Chavín”, o trilogía Tiwanaku. Veamos la figura N° 1:
Nuestra interpretación es la siguiente: En la Figura 1, en un ceramio pre-inka se representa un felino-antropomorfo, que vuela en las alas de un ave, que a su vez lleva en su pico a la serpiente, es una alegoría de cómo es que el hombre-felino, animal que es símbolo del Kay Pacha (3), debe ‘volar’ en las alas del ave, que a su vez es el animal símbolo del Hanan Pacha (4) y que simboliza su pensamiento, abstracto inteligente, pero este a su vez debe ‘llevar en el pico’ la sabiduría instintiva de la serpiente, animal símbolo del Uku Pacha (5). Todo esto esta expresado en el lenguaje mítico o analógico de estos iconos pre-hispánicos que nos quieren explicar los vínculos o la mecánica de los Pachas en interacción de equilibrio, entre el Reptil-Amaru, cuyo habitat es el Uku Pacha, que nos explica la parte medular o ‘instintiva’ del principio Allin Munay, que significa: Sentir bien, querer bien, desear bien.
(Y que los extirpadores de idolatrías, convirtieron el "desear bien" en "no desear lo ajeno", cambiaron el Allin Munay por el “Ama sua” o “no robar”). El Ave-Waman que ocupa el Hanan Pacha y que nos explica la parte ‘racional’ o Allin Yachay que significa: Razona bien, piensa bien (y que los extirpadores lo convirtieron en “Ama llulla” o “no mentir”, solo porque “llulla” es mentir y “yuya” se traduce como “pensar”, o la “mentira cruda”, o simulación cerebral, que es siempre el pensar); y finalmente la zona del Felino-Puma, que habita el Kay Pacha y que nos denota la zona intermedia o Taypi del ‘aquí y ahora’ donde actúa el principio del Allin Ruway, que se traduce como “hacer bien” las cosas (y que el extirpador cristiano lo convierte en “Ama Quella” o “no seas ocioso”). Estos íconos y términos del Runa Simi o lengua Quechua, expresan con analogías toda la concepción del tiempo del hombre andino, pero como la imagen del tiempo es un “flujo” o cruce permanente del plano “Hanan” con el plano “Uku”, hemos creído conveniente ensayar en vez de la imagen de “planos” una imagen de ‘esferas concéntricas’ a fin de expresar mejor la descripción idiomáticas que hacen los pobladores comunes de tales términos lingüísticos y hemos obtenido esta siguiente imagen, que podría coincidir con la descripción que hace Laura Laurencich Minelli en sus artículos sobre los Documentos Secretos de los Jesuitas (2003 Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid), dice: “... un continuo devenir de dioses ya sea expansivo ya sea contractivo que, en el mundo andino, podemos afirmar que procede circularmente (como indica la concepción cíclica del tiempo) y desde adelante hacia atrás como un tornillo sin fin... Es una lógica que expresa un continuo devenir ya sea expansivo ya sea contractivo y que procede circularmente como un tornillo sin fin: es decir es un movimiento, un devenir y una interacción de los dioses que plantea la posibilidad que esta sea la lógica que caracteriza la era cosmogónica en la cual los Aztecas decían vivir, la era hollín, la era movimiento”.
Figura N° 2
El equilibrio del par de Pachas extremos: Hanan Pacha y Uku Pacha, se produce en un “Taypi” (6) donde se construye o aparece el “Kay Pacha”, este lugar de encuentro o equilibrio nos otorga el ‘vivir bien’ o Sumac Kausay. Combinando esta figura 2 con la 1, podemos describir la forma como se consigue el equilibrio para producir el Sumac Kausay (o Vida Plena), ya que este sería producto del justo medio entre el ‘sentir y el pensar’, lo que produce un ‘actuar pleno’ o Allin Ruway, y en donde el criterio de ’verdad’ es una diagonal o Ch’ekkalluwa (7). El tiempo sería a su vez la conciencia plena del momento y la circunstancia del Sumac Káusay o ‘esplendida existencia’ como buen producto del sentir (munay) y pensar (yachay) en un actuar (ruway) equilibrados y consecuentes; o dicho en andino: en un actuar, sintiendo y pensando, complementariamente. Esta sería la interpretación del tiempo y de la conciencia en la cultura andina, fenómenos que estarían íntimamente unidos en el manejo de los tres Pachas.
Lo anterior lo podemos resumir e imaginar en la Figura N° 3:
Con estas imágenes míticas y de clasificación “totémicas”, vamos tejiendo elementos para explicarnos tanto los mitos precolombinos y comparándolos o estableciendo semejanzas con los mitos occidentales, pero también con los conceptos racionales de algunos intelectuales occidentales, como Nietzsche o Levy-Strauss.
Hasta aquí estamos viendo en imágenes la fuerza de representación mítica del círculo en el trazado de las figuras “totémicas” del águila y la serpiente, y de cómo esto corresponde a la “ciclicidad” del tiempo, que no necesariamente “repite lo mismo” en cada “retorno”. Las imagines simbólicas, es decir los símbolos que crea la mente y que dibujan las manos después del raciocinio sobre el tiempo es lo que queda y lo que nos indica el “lapso” el tamaño, el intervalo, el periodo, del que esta hecho un “pedazo de tiempo”, he ahí el problema: El tamaño del tiempo, la dimensión de ese lapso, o la amplitud de aquello que marca el “existir”, ese es el signo del devenir, es un primer par de elementos; el otro par es la concepción “trascendente” y la “inmanente” del tiempo en la cultura occidental. En todo caso, toda angustia humana sobre el tiempo, es la de no saberlo medir, para el cumplimiento de su “racionalidad eficiente”, ni saber calcular el plazo óptimo para cumplir sus objetivos.
Es la angustia del tiempo mal calculado, del periodo mal proyectado, la estrategia sin tácticas delimitadas, los fines descoyuntados de los medios. ¿Qué seria de la vida sobre la tierra y del hombre, sin las estaciones, o sin días y noches?, el tiempo y la vida son binarios y mas aun, PARITARIOS. ¿Podríamos existir sin el ritualismo que marca los ciclos?, ¿Sería posible la vida sin las fiestas y los ritmos astronómicos?, el hombre tiene reloj y calendarios, no porque se relacione o vincule con su contraparte, la naturaleza (o su pareja), que es la que puede darle puntos de referencia para medir su movimiento o su ciclicidad que son los parámetros naturales del tiempo. Es el “Dios Padre, único y verdadero” el que le ha dado un tiempo lineal y rangos de tiempo regulares, delimitados, con un principio y un final, en donde Él es el alfa y omega. Es un tiempo sincopado, como las paredes de ladrillos todos de un mismo porte; en cambio el tiempo andino es a-sincopado, tiene un ritmo a la manera de su sentimiento, de su pasión (como las paredes de piedra Inka del Cusco). ¿Cuánto esta amarrado el tiempo occidental y sus ciclos al Dios monoteico?, ¿Cuánto pre-determina este modelo o molde único y “creador”, el pensamiento y razón de su creatura humana?, ¿Qué efectos tiene para la mente del hombre en su manejo del tiempo, la existencia de un “creador” único, al inicio y al final de su existencia?.
Todas las respuestas tiene que ver con un viejo problema del hombre: es un problema de velocidad y de perspectiva, el águila visiblemente tiene varias ventajas sobre la serpiente, pero al águila le están vedados los profundos secretos de la tierra. El águila ve el horizonte, el panorama, el reptil reconoce lo inmediato, lo profundo. Estas son las dos dimensiones del tiempo, el tiempo largo y el tiempo corto, he ahí la angustia niztcheana y su imposibilidad de “atar”, medir y saborear el tiempo; el secreto del “buen vivir” (el “Allin Kausay” del Runa Simi), o amarrar el tiempo largo (la estrategia) al tiempo corto (a las tácticas), un viejo secreto de los “hombres-jaguar” precolombinos. Esta también es la frase y mandato del gran Thunupa Wihinhira cuando dice: “El águila no debe luchar contra la serpiente”, que es la manera de decir “míticamente”, que el tiempo “largo” del águila (Hanan Pacha) no debe contraponerse al tiempo “corto” de la serpiente (Uku Pacha), deben estar juntos y unidos en el Kay Pacha.
En América precolombina, existe, además del mito Ave y el Reptil, el mito del “hombre jaguar”; o simplemente el “Tótem” centroamericano y andino del “Felino”, el animal intermedio, el que guarda el equilibrio en “el Kay Pacha”, el mundo de aquí y de ahora. Tal como lo explicamos arriba, el Ave está relacionada con el Hanan Pacha o mundo de “lo alto” o de “afuera” y el reptil con el mundo subterráneo o de “adentro”.
Sin embargo y para establecer comparaciones de la presencia del felino en las culturas precolombinas, con alguna presencia similar en la cultura occidental u otras culturas, podemos señalar el mito del “leporino” o de “la liebre”, presente en los mitos de varias culturas, según nos recuerda Levy-Strauss; en cuanto que este roedor representa un “mellizo crudo”, que no se ha podido separar convenientemente “hasta convertirse en un mellizo” y que por esto tiene un gran contenido simbólico y mítico para los pueblos. Al parecer la similitud “leporina” de este roedor con los felinos, nos lleva a pensar que en América precolombina nuestros pueblos han sustituido en su pensamiento mítico, al “gato por la liebre”.
Laurette Sejourne (1990, pág. 216) nos dice, hablándonos del Lanzón de Chavín que “esta composición de inquietante misterio… revela el núcleo del pensamiento religioso de Chavín, constituido por el felino, el pájaro y la serpiente… Pese a la presencia de pájaros y reptiles, el tigre constituye el jefe de la iconografía de Chavín: colocado casi siempre al centro de las composiciones está a menudo sólo”. En cambio cuando nos habla de Tiahuanaco y su “famosa Puerta del Sol, representativa del horizonte clásico reproduce las mismas hibridaciones de animales que Chavín, pero el centro de ellas es el hombre y no el jaguar ni el cóndor. Unos hombres alados que blanden un reptil a modo de cetro…”. Debemos suponer acaso que aquí el hombre a tomado el lugar central sustituyendo al felino en el lugar central de los “tres” Pachas, o en todo caso el hombre-felino ha tomado el lugar central (Kay Pacha) como conector del Hanan (Alto-periferico) con el Uku (adentro-epicientrico)
El ‘Felino’ como símbolo reúne una serie de cualidades estéticas sumamente valoradas por los pueblos indígenas; la armonía y equilibrio de sus formas producen un efecto de belleza única sobre la Pachamama, la elegancia y la plasticidad del Puma en sus movimientos se nos presenta como una maquinaria perfecta, sobre todo cuando despliega su destreza cazadora; su personalidad o comportamiento es tan enigmático y misterioso, pero tan eficiente y eficaz en el Kay Pacha que reúne todas las características para hacer de los Pumas los máximos guerreros de la escala zoológica.
Esta presencia de los “hombres jaguar” o humanos-felinos (Los sacerdotes del Chilam Balam centro americano), es la imagen totémica del símbolo vinculante entre el cielo y el interior de la tierra, el eslabón que logra amarrar el tiempo largo en que viven los pueblos y el tiempo corto de los individuos, el que une la poderosa “visión panorámica” del Águila con el profundo “olfato” o instinto reptiliano de la serpiente. Más aun, no deja de ser uno de los símbolos “totémicos” que estructuran un sistema cultural de parentesco entre grupos familiares que tenían sus “tótems” de animales “que se arrastran”, animales “que caminan” y animales “que vuelan”, estructura que seguramente representaban el sistema básico del parentesco entre “Wamanis, Pomas y Amarus”, con el que se organizaba la columna vertebral del sistema social de los “C’ejes” de la confederación Inka (Tema que merece un artículo aparte).
Todas estas reflexiones, nos dan ya buenas y profundas señales de lo que podemos denominar como “el pensamiento del sur”.
* * *
Notas:
(*): El presente es un artículo extractado de un texto más largo que es el tema principal de mi Tesis Doctoral y que lleva por título: “El Pensamiento del sur”.
(1) Me parece que Levi-Strauss acierta parcialmente en señalar el manejo del tiempo como una “herramienta circular”, pero se equivoca en usar la denominación “fría” para las sociedades tradicionales o “primitivas” y “caliente” para la sociedad occidental o “moderna”. Debería ser al contrario por muchas razones, pero la principal es por el buen manejo del sentimiento o pasión que realizan las primeras.
(2) Levy-Strauss.C; 1978, Pág.44-45.
(3) Kay Pacha: Mundo de aquí y ahora; Dic. de Lira, A. J., 1982
(4) Hanan Pacha: Mundo superior de la parte alta o elevada, Ibid.
(5) Uku Pacha: Mundo interior o de adentro, Ibid.
(6) Taypi: Cosa que esta en Medio. Dic. de Bertonio, L.
(7) Ch’ekka: Verdadero, verídico, no falso ni equivoco. Dic. de Lira, J. 1982. Luwa o
“liwi”: Tres líneas de las boleadoras, Luwa sería la del medio.
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